Después de un rico desayuno salida hacia el sur. Parada en  la ciudad de Ifrane, conocida como la pequeña Suiza de Marruecos, que destaca por su estilo urbanístico centroeuropeo dado su clima frío en invierno (1.713m) y por la estatua del león, que da testimonio de los leones del Medio Atlas que habitaban ahí antiguamente. Pasaremos también por la población de Azrou, conocida por sus bosques de cedro y los simpáticos monos que habitan en ellos. Se hará noche en Midelt.

Seguiremos en dirección Merzouga, pasando por distintos pueblos, hacia Erfoud, pasando por el conocido valle del Ziz, donde se pueden admirar el contraste entre el paisaje más árido y la frondosidad de la ribera del río Ziz y sus palmerales y pudiendo observarla vida diaria de los habitantes que habitan en su ribera. El río Ziz fluye unos 300 kilómetros hasta adentrarse en el desierto del Sahara en la frontera de Argelia. A mediodía llegaremos a Erfoud es conocida por sus fósiles y la maravillosas rosas del desierto y donde comeremos. Continuaremos después hacia Merzouga, donde llegaremos por la tarde. Merzouga se encuentra justo a los pies de las grandes dunas del desierto del Sahara, y los que lo deseen podrán dar una vuelta por la arena y ver la puesta de sol.  Noche en hotel seleccionado.

Nos levantaremos ante el imponente desierto del Sahara, y visitaremos el oasis de Merzouga, así como del pueblo de Khamlia donde habitan los Gnawas (descendientes de los esclavos que provenían del África negra) en donde podremos disfrutar de su peculiar música. Después pasaremos por un rio de arena, vista panorámica desde una montaña para observar el desierto en todo su esplendor. Continuaremos hacia el pueblo de Mefis, en donde hubo un asentamiento de franceses que trabajaban en las minas de khol, actualmente abandonado. Visitaremos a una familia nómada en medio de las dunas y disfrutaremos de su compañía tomando un te. Vuelta al hotel para comer y al atardecer salida con los camellos cerca de una hora para pasar la noche en campamento berebere en haimas dentro de la dunas.

Después de la noche en las haimas, volveremos al hotel en donde podremos ducharnos y desayunar. Iniciaremos el camino de vuelta dirección Marrakech, pasando por el pueblo de Rissani donde podremos visitar el mercado local, muy importante antiguamente por ser nexo de unión de las caravanas que iban del norte al sur. Asimismo veremos las Gargantes del Todra,  la erosión ha construido un estrecho desfiladero con paredes verticales de más de 300 metros de altura, muy conocida por los escaladores. Podremos dar un bello paseo siguiendo el curso del río. Continuaremos por el Valle de las Rosas, al pie del Alto Atlas y donde el cultivo de la flor que le da nombre se divide en dos zonas. La más importante tiene una extensión de 30 kilómetros, empezando en el pueblo de Keelat M’Gouna hasta Bou Tharar. El paisaje vale la pena por estar enclavado en un cañón. Finalmente llegaremos a Ouarzazate, capital del cine en Marruecos, donde se hará noche.

Nos levantaremos en Ouarzazate, el Hollywood marroquí, donde podremos visitar los estudios de cine donde se han grabado numerosas películas así como el museo dedicado al cine y la “Kasbah Taourirt” en otros tiempos residencia del pachá de Marrakech. Después continuaremos hacia la “Kasbah de Ait Ben Haddou”, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO donde se han filmado también distintas películas como La Momia o El reino de los cielos y lugar de parada antiguamente de las caravanas para que los viajeros cambiasen los dromedarios por caballos y así poder cruzar las montañas. Salida atravesando las montañas del Atlas a Marrakech. Noche en Marrakech.

Tras el desayuno en el riad en Marrakech vamos dirección a la cuidad Essaouira o la perla del Atlántico, esta ciudad declarada patrimonio de la humanidad, mantiene el encanto y la autenticidad de una tierra perdida en el tiempo. Essaouira se ha convertido en una etapa imprescindible en el viaje a Marruecos. Al explorador aventurero le va a fascinar la amabilidad hospitalaria de la gente de esta ciudad, que no es de extrañar ya que viven desde hace siglos en la encrucijada de culturas, civilizaciones y religiones. Tarde libre para pasear por la medina. Alojamiento en Essaouira.